No puede ser que cada vez que pensemos en alguien que toca el piano, ya bien sea compositor/a o intérprete, se nos vengan a la cabeza un puñado de pianistas hombres y apenas una o dos mujeres. Algo muy normal en nuestra sociedad ya que, como se habló en el programa, el arte en todas sus facetas siempre ha estado dominado por el sector masculino.
Hemos hecho una recopilación de las mejores pianistas mujeres del mundo para que podamos saber que no sólo en la música hay pianistas hombres como Mozart, Debussy y Chopin, sino muchas mujeres que han llegado a lo más alto.
Comenzamos con Rita Marcotulli, una pianista y compositora italiana, nacida en Roma el 10 de marzo de 1959. Se interesó por el piano con sólo cinco años y completó sus estudios en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma.
Se la considera como una pianista elegante, con un timbre melódico y una voz instrumental muy exclusivos, que empezó su carrera acercándose a la música brasileña para, desde los 20 años, volcarse definitivamente en el jazz. A día de hoy tiene una discográfica de la que se puede destacar su último proyecto en dúo con Andy Sheppard, On the Edge of a Perfect Moment, o el trabajo en piano solo titulado The Light Side of the Moon.
Ha llevado a cabo diferentes proyectos junto a Andy Sheppard, Nguyên Lê, Anders Jormin y además del denominado The Woman Next Door, al que ella misma califica como homenaje al cine de François Truffaut.

Seguimos por la famosa Diana Krall. Nació el 11 de noviembre de 1964 en Nanaimo, Vancouver, en Canadá. Se crió con su hermana Michelle en un ambiente musical: su abuela era cantante de jazz, y sus padres, Adella y Jim, tocaban el piano.
Comenzó a dar clases de piano con tan sólo 4 años. Su primera influencia musical consciente fueron las decenas de discos de Fats Waller que coleccionaba su padre, y que ella intentaba reproducir nota por nota. En 1981 ganó una beca del Festival de Jazz de Vancouver para estudiar en la prestigiosa escuela de música Berklee, en Boston.
Como dato curioso, una noche, el reconocido bajista Ray Brown la escuchó tocar en un pequeño local de Nanaimo. Impresionado, se presentó en el camerino y le propuso ser su mentor y manager. Krall aceptó encantada, iniciando una relación profesional que se mantendría hasta el fallecimiento de Brown, en julio de 2002.
En 1994 publicó para el sello GRP Only trust your hear, en el que contó con la colaboración al bajo de su viejo amigo Ray Brown.

Pasamos a Beatrice Rana. Nacida en Copertino, un pequeño pueblo de Italia, en 1993, también en el seno de una familia de músicos. Debutó como solista con orquesta a la edad de 9 años, interpretando el Concierto de Bach en Fa menor. Comenzó sus estudios musicales a los 4 años y alcanzó su grado de piano a la edad de 16 años con la máxima puntuación, laude y mención honorífica bajo la guía de Benedetto Lupo en el Conservatorio Nino Rota de Música de Monopoli.
Durante sus estudios, fue galardonada a los 12 años años con la prestigiosa beca del Ministerio italiano de Educación, Universidad e Investigación por su gran y muy precoz talento musical. Al mismo tiempo, asistió a clases magistrales en Italia, Francia y Estados Unidos con artistas como M. Beroff, A. Ciccolini, A. Jasinski, FJ Thioillier, E. Virsaladze.
Con apenas 20 años, ha sacudido el mundo internacional de la música clásica ya y despertó la admiración y el interés por parte de los presentadores de conciertos, directores, críticos y el público en muchos países. En junio de 2013, ganó el segundo premio y el Premio del Público en el prestigioso concurso Van Cliburn, llevándola a todavía un nuevo nivel en su ya prometedora carrera. Había atraído la atención internacional a los 18 años, ganando el 1er Premio y todos los premios especiales en el Concurso Internacional de Montreal en 2011.

Nació el 12 de diciembre de 1929, en Dairen (China), hija de padres japoneses, la pianista y compositora, Toshiko Akiyoshi, comenzó a estudiar piano a la edad de 6 años mientras vivía en China. Pero no empezaría a interesarse por el jazz hasta años más tarde, en 1946, coincidiendo con su llegada a Japón. Fue descubierta por el mismísimo Oscar Peterson, durante una visita a Tokio, quien la animó a que viajara a los Estados Unidos. Ingresó en el Berklee Boston, donde estuvo tres años. Cuando se graduó, en 1959, formó junto a su marido, el saxofonista alto, Charlie Mariano, el «Toshiko-Mariano Quartet«.

Olga Kern nació en Moscú el 23 de Abril de 1975, comenzó a estudiar piano a la edad de 5 años. Con sólo 11 años ganó su primer concurso de piano y a los 17 años ganó del primer Concurso Internacional de Piano de Rachmaninoff.
Su familia estaba muy vinculada al mundo de la música: su padre es pianista de la orquesta del Teatro Bolshoi y su madre también es pianista, siendo su primera maestra. Su abuelo era un prestigioso profesor de Oboe, maestro de grandes músicos de este instrumento, su bisabuela cantante mezzosoprano que, según cuenta la propia Olga, en una de sus giras en las que cantaba repertorio de Rachmaninoff el pianista acompañante enfermó y el propio Rachmaninoff ofreció para acompañarla. También cuenta que su tatarabuela era pianista y amiga personal de Tchaikovsky. Con estos vínculos musicales no es de extrañar que Olga Kern recibiera una gran formación y se convirtiera en una estrella de los escenarios musicales.
Comenzó su formación con la aclamada profesora Evgeny Timakin en la Escuela Central de Moscú y continuó con el profesor Sergei Dorensky en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, donde obtuvo el título de postgrado. También estudió con Boris Petrushansky en la Academia pianística Incontri en Imola, Italia.

En 1996 recibió una beca de honor del Presidente de Rusia Boris Yelsin y hasta la fecha es miembro de la Academia Internacional de las Artes de Rusia.
En el año 2002 tras varios intentos, obtuvo la medalla de oro en el más prestigioso concurso de piano Van Cliburn, por lo que obtuvo gran proyección internacional. Ha actuado en las salas más importantes del mundo como el Carnegie Hall o La Scala de Milán. Ha grabado varios CDs interpretando a los grandes maestros de música clásica y está patrocinada por la firma Yamaha.