La música es un lenguaje, algo que jamás debemos confundir con idioma. El lenguaje contiene signos mientras que el idioma es entendible entre dos que lo hablan.

Como todo lenguaje contiene ciertas reglas para dar unos u otros resultados. Pero aunque sea un lenguaje universal no mantiene las mismas premisas en todas las zonas del mundo, mejor dicho culturas.
Muchas veces hemos escuchado canciones que nos suenan alegres o positivas; y otras, por el contrario, tristes y hasta melancólicas. Esto se debe a la asociación que existe entre los sonidos de una canción. Todo tiene su origen en la escala musical y la distancia que existe entre los siete sonidos conocidos (do, re, mi, fa, sol, la y si). Existen distancias largas y cortas entre ellos: cuando la distancia es larga, la sensación percibida es de tranquilidad debido a la equidad entre los sonidos que se ejecutan. Por el contrario, cuando la distancia es corta, parecemos experimentar una sensación muy especial, íntima y sensible.
He aquí un principio básico dentro de la construcción musical. Con estas distancias podemos construir grupos de sonidos llamados mayores y otros, menores. El grupo conocido como mayor tiene como eje las distancias largas (dos tonos en su primer grupo de sonidos), donde establecen una relación directa entre la tranquilidad y consonancia de la persona por la perfección de esta distancia. Las canciones más alegres están construidas con este tipo de sonidos. Por ejemplo, el Himno de la alegría, de Beethoven está en re mayor, y se percibe como una obra optimista y positiva
Por otro lado, las canciones donde las relaciones entre los sonidos son cortas (tono y medio) se perciben de manera diferente. Las distancias cortas son percibidas de manera incompleta y crean una percepción no tan favorable. Muchos discutirán sobre este punto porque ninguna distancia es mejor que la otra. Tan solo los acordes mayores y menores se utilizan para crear diferentes atmósferas de acuerdo con la ocasión.
¿Y qué sucede cuando mezclamos ambas distancias en una obra con igual número acordes mayores (alegres) y menores (tristes)? Obtenemos una canción ambivalente y equilibrada con ambos tipos de sonidos. La melancólica está asociada con este tipo de fenómeno. Por lo general, las baladas románticas están compuestas por este tipo de combinaciones
Un estudio de la Universidad de Missouri donde participaron 2000 personas británicas dedujo que la canción más feliz es Don’t stop me now de Queen. Ya que la mayoría de sus fraseos acaban en un acorde mayor, ascendiendo la melodía principal hacia el tono superior.
Pero, ¿todos británicos? Como siempre hemos barrido para casa y es que en otras culturas como pueda ser la Árabe, India, todo lo que viene a ser oriente, incluso polinesia, África, esto varía completamente. Tanto es así que otras culturas no utilizan nuestra escala sino la escala microtónica de más de treinta sonidos, donde realmente este tipo de acordes ni si quiera existen.
Con lo que, una obra es verdaderamente alegre o triste según qué sentimiento nos evoque y nuestra cultura.